martes, 17 de noviembre de 2015

El Futuro Energético de México. ¿Por qué necesitamos una Reforma Energética Integral?

 Pronunciamiento -

 
Las organizaciones de la sociedad civil hacen un llamado urgente al Senado de la República para que apruebe la Ley de Transición Energética (LTE) en los mismos términos que fue aprobada y turnada por la Cámara de Diputados, debido a que ésta representa:
 
  • Una oportunidad para que México pruebe su liderazgo en la vigesimoprimera Conferencia de las Partes (COP-21) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), a celebrase en París, Francia a finales de noviembre.
  • Una oportunidad para el país de cumplir con las metas de reducción de emisiones establecidas en la Ley General de Cambio Climático (LGCC) y los compromisos asumidos en su contribución prevista y determinada a nivel nacional (INDC).
  • Un instrumento fundamental para reducir la vulnerabilidad de nuestra población, territorio y economía ante el cambio climático.
  • La única vía de lograr una reforma energética sustentable, una seguridad energética menos dependiente de fuentes fósiles y un sistema energético que a largo plazo asegure los recursos para generaciones futuras.
 
Ante la inmediatez de la COP-21 en París, México participará ante la CMNUCC en un momento clave para el desarrollo de un acuerdo global en materia de cambio climático. La COP-21 generará decisiones y compromisos que buscarán limitar el calentamiento global por debajo de los 2°C para finales de este siglo. Esto requiere que todos los países, sin excepción, adopten y realicen urgentes acciones de mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en todos los sectores, principalmente en el sector energético, la principal fuente de emisión de éstos. México no debe ser la excepción.
 
El papel de México debe ser el de un líder que fomente el desarrollo y uso de energías renovables y tecnologías limpias como una vía para mitigar las emisiones de GEI y dar cumplimiento a la meta de los 2ºC establecida a nivel global. Para ello, se espera que México presente instrumentos y acciones que permitan cumplir con las metas de reducción de emisiones establecidas en la LGCC y la Estrategia Nacional de Cambio Climático.
La Reforma Energética propone justamente este mecanismo, que es la Ley de Transición Energética, en discusión en Cámara de Senadores. Esta ley podrá proporcionar las bases para el desarrollo de una industria para las energías renovables, así como mecanismos de financiamiento, apoyo y transición hacia una matriz energética diversificada y sustentable. La contribución prevista y determinada a nivel nacional (INDC, por sus siglas en inglés) de México para las negociaciones en la COP-21 colocan las emisiones del sector energético en un nivel que nos acerca peligrosamente a los límites de los 3°C de calentamiento global. Por ello, la LTE ofrece mecanismos claros para remediar esta urgencia a través del incremento de la participación de las energías renovables y el impulso a la eficiencia energética.
En la próxima COP, los países deben asumir compromisos ambiciosos de reducción de emisiones, de lo contrario se rebasará el límite de los 2°C con consecuencias desastrosas para el clima global. A pesar de que México es un país con un alto potencial de energías renovables, actualmente sólo el 5% de nuestra matriz energética está compuesta por este tipo de fuentes de energía. Lo anterior requiere que nuestro país dé pasos claros con base en políticas públicas para alcanzar las metas de reducción de emisiones, así como la meta del generar el 35% de la energía eléctrica a través de fuentes renovables para el año 2024, establecida en la LGCC y la Ley para el Aprovechamiento de las Energías Renovables y el Financiamiento de la Transición Energética, retomada por la LTE.
En este sentido, la LTE es fundamental para dar cumplimiento a los compromisos asumidos por México ante la comunidad internacional de reducir en un 30% las emisiones de GEI para el año 2020 y en un 50% al 2050, retomados en las metas de mitigación presentadas en la ley marco, implicando la reducción de alrededor de 288 millones de toneladas de CO2 para el año 2020, lo cual es prácticamente inalcanzable a menos que México cuente con una estrategia que fomente el uso de energías renovables.
 
Actualmente, casi el 70% de las emisiones de nuestro país provienen del sector energético, por lo que la mitigación de GEI debe enfocarse en este sector. La LTE ofrece instrumentos y mecanismos que, al incrementar la participación de energías renovables y eficiencia energética, permitirán mitigar hasta un tercio de las metas de reducción de emisiones para el año 2020 y la mitad de las contribuciones para el año 2030. De aprobarse por el Senado de la República, la LTE permitirá a México presentar en dos semanas en París, un instrumento legal consistente con nuestras metas de mitigación que respalda la posición de México de alcanzar un acuerdo en la COP-21. No aprobar la Ley en el Senado restará valor a la palabra de México y al reconocido liderazgo internacional que ha mantenido durante los últimos 20 años en materia de cambio climático.
La reforma energética no puede ser ni será una reforma integral a menos que contemos con una Ley de Transición Energética. De lo contrario, la reforma se enfocaría únicamente en el agotamiento de nuestros recursos de origen fósil, lo que pondría en riesgo la seguridad energética de nuestro país, así como el bienestar de las generaciones futuras de mexicanas y mexicanos. No podemos olvidar que el riesgo para México ante el cambio climático es muy alto. Nuestro país es altamente vulnerable a los efectos del cambio climático, ya que alrededor del 71% de la población, el 68% de nuestra economía y el 15% de nuestro territorio son vulnerables a este fenómeno antropogénico. Los impactos que se esperan por el cambio climático, tendrán costos económicos, sociales y ambientales que difícilmente serán manejables y no podrán ser cubiertos por los Fondos de Desastres Naturales (FONDEN y FOPREDEN), ni por las comunidades más vulnerables de nuestro país. México no puede quedarse con los brazos cruzados.
Por lo anterior, las organizaciones de las sociedad civil hacemos un llamado al Senado de la República y al Presidente de México, Enrique Peña Nieto, a no evadir esta responsabilidad con las generaciones presentes y futuras, y aprobar la Ley de Transición Energética, pues la transformación del sector energético en el contexto de la Reforma Energética no será posible sin la aprobación de la LTE en los términos en que ya fue aprobada por la Cámara de Diputados

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